jueves, 25 de febrero de 2010

Bush, ¿genio del liderazgo?

En un libro publicado en diciembre pasado, “The Leadership genius of George W. Bush”, dos prestigiosos consultores norteamericanos (Carolyn Thomson, presidenta de Training Systems, y James Ware, socio de Focus Consulting), nos presentan al primer presidente americano con un MBA como el modelo a seguir para los tiempos que corren. La obra, recomendada por expertos como Ken Blanchard o el responsable del Centro de Estudios de la Presidencia, identifica diez cualidades de Bush Jr. que sirven –según los autores- para liderar una gran corporación, dirigir un colegio o llevar una comunidad de vecinos:
10 cualidades de Bush Jr. para liderar una gran corporación o llevar una comunidad de vecinos
• Contar con valores • Establecer alianzas • Tener una visión • Comunicar • Generar confianza • Imponer disciplina • Captar a la gente adecuada • Fiarse de la intuición • Dejar a los contratados que hagan su trabajo • Obtener resultados
Para Thomson y Ware, Bush Jr. ha demostrado, como propietario de los Texas Rangers, como gobernador del estado y ahora como presidente, que domina todos estos principios. “Si, de acuerdo con Abigail Adams, los tiempos difíciles requieren grandes líderes, entonces Bush Jr ha desarrollado una capacidad natural para liderar. Mediante la utilización de los mejores métodos de management, Bush ha demostrado ser un genio en lo que a lo que al liderazgo se refiere”, escriben los autores en este libro.
Ninguna persona puede estar en desacuerdo con estos principios (por otro lado, de sentido común, aunque no de práctica común). En lo que no coincidiríamos la cultura europea y la norteamericana es en el significado de estos terminos. Visión, alianzas, comunicación, disciplina o intuición pueden significar cosas diferentes para un texano promedio que para un nórdico, un italiano o un directivo gallego. Por ejemplo, Bush es conocido por sus ciudadanos como “el presidente al que le encanta ser subestimado”. ¿Diríamos los europeos que es un líder humilde? De hecho, cuando otros mandatarios europeos tratan de copiar su estilo, les tachamos de arrogantes y complacientes. Se dice que “el liderazgo de Bush es humano, directo y transformador”. Probablemente, no en nuestros términos, cuando el deseo más repetido para este año nuevo ha sido el de paz.
El liderazgo, en la política y en la empresa, tiene una dimensión cultural que la globalización, lejos de reducir, está aumentando considerablemente. La mentalidad estándar norteamericana (universalista, individualista, específica, neutral en las emociones, de logro, de cambio interno, secuencial) siente, piensa y actúa como si lo que funciona en Wisconsin tuviera que funcionar de la misma forma en París, Singapur o Buenos Aires (no hay más que ver los anuncios de compañías tabaqueras, de bebidas refrescantes o de comida rápida para comprobarlo). Las reglas son para todos y el individuo prevalece. La ética calvinista, que fundamenta el capitalismo clásico, cree en la predestinación, en que el éxito profesional revela la salvación en la otra vida y en que los pobres en cierto modo merecen lo que les sucede.
En la Unión Europea,próximamente con 25 países y con la intención de atraer a Turquía y a una moderna Rusia, (como se puso de manifiesto con la inclusión del Ballet Kirov en el pasado concierto de Año Nuevo desde Viena) conviven la cultura británica con las latinas (más comunitarias, con mayor impulso de la solidaridad), las germánicas, las nórdicas...Estamos tratando de unirnos desde el aprecio a la diversidad y no desde la imposición de un modelo único.
Al parecer, el verdadero artífice de la nominación y elección de Bush Jr. es un consultor político, Karl Rove, al que George W. llama “Boy genius” (el joven genio). Es quien le convenció que se presentara en Texas, el que se las ingenió para derrotar a la gobernadora Ann Richards y el que diseñó el plan para las elecciones de 2002. En un reciente libro, tres periodistas le llaman “el cerebro de Bush”.
Estoy de acuerdo con el decálogo sobre el liderazgo, pero en la cultura española, los valores han de incluir, además de la libertad, la igualdad (equidad) y la fraternidad (solidaridad). La visión significa para nosotros “perseguir un ideal”, porque ha de tener en cuenta un sentido de justicia. Las alianzas han de ser entre iguales y con beneficio mutuo. La confianza se genera sin agendas ocultas ni medias verdades. Y la disciplina ha de manar de la responsabilidad, no de una teocracia (en los billetes de euro no leemos “en God we trust”). Las mismas palabras, con significados diferentes. La gestión de la diversidad es para los estadounidenses una cuestión de cuotas (negros, hispanos, mujeres, asiáticos) y para los europeos un proceso de aprendizaje basado en la tolerancia. El Coaching francés o alemán, que tanto está creciendo en sus empresas y cuya literatura especializada tanto nos está enriqueciendo, nos es más cercano que el anglosajón porque es más dialogante que objetivable, más vivo y tiene más en cuenta la dinámica de los grupos humanos.
Karl Rove, “el cerebro de Bush”
En definitiva: Bush puede ser un gran líder para su país, pero con ese discurso me temo que no ganaría las elecciones en ningún estado de la Unión. Porque la cultura de un equipo, de una organización o de un país, que hoy se analiza, se mide y se gestiona, es uno de los principales elementos para apreciar y desarrollar el liderazgo.
8 de marzo de 2003, Expansión y Empleo
Juan Carlos Cubeiro - Socio director de eurotalent

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