lunes, 1 de marzo de 2010

¡SI LA MÁQUINA DE CAFÉ HABLARA…!

Una mirada satírica sobre las miserias laborales y personales se ha convertido en la nueva serie estrella de la televisión. Las venturas y desventuras de esta oficina de cómic, proyectadas desde una cámara oculta en la máquina de café, están teniendo un éxito que ni ellos mismos esperaban aunque sabían que iba a gustar. Al menos eso es lo que dicen. Hemos preguntado no sólo al director y a los actores, sino también a expertos en recursos humanos: ¿Por qué triunfa Camera Café? La historia de cómo ha logrado ser un éxito comienza en La Vera (Cáceres), el día que Luis Guridi recibió una llamada de Telecinco y la productora italiana Magnolia TV, en la persona de Elena Arnau, quien supo contagiarle su entusiasmo para que volviera al mundanal ruido. Le propusieron dirigir Camera Café. “Como han dicho, es mi serie. Yo soy poco amigo de lo estético, lo mío es la dirección de actores tanto en cine como en televisión y publicidad. Aquí la escenificación lleva un sólo tiro fijo de cámara, lo que me permite dedicarme a lo que me gusta, dirigir. Cuando me enseñaron la serie pedí dos condiciones: absoluta libertad para elegir a los guionistas y a los actores. Me dijeron que sí”. A Guridi no le eligieron por casualidad. Su particular visión y sus puestas en escena le hacían el director idóneo. Como miembro de La Cuadrilla, ha sido director y guionista de los largometrajes
Justino, un asesino de la tercera edad (1994), premio Goya a la Mejor Dirección; Matías, juez de línea (1996) y Atilano, presidente (1998), que se caracterizaron por la originalidad de sus planteamientos. En televisión aporta, entre otros trabajos, Canalone, con más de cien capítulos para Canal Plus, y en publicidad ha recibido los más importantes galardones con spots para la ONCE.
Camera Café es un formato internacional que contaba a su favor con que ya había triunfado en Francia y en Italia. En contra, con que Telemadrid y Canal 9 hicieron una versión que fracasó estrepitosamente. “Funciona por la fe que tuvo la productora y la elección del director”, asegura el veterano actor Luis Varela, quien da vida a Antúnez, prototipo de jefe ineficaz. “Ha sabido hacer un casting perfecto, los actores interpretamos a los personajes como verdaderos trajes a la medida. Le ha cogido el pulso exacto, lo está llevando con un talento tremendo. La prueba es que el equipo es una piña”. Luis Guridi es una de esas personas que compra roscón de reyes para su gente antes de llegar al estudio. En su equipo, a diferencia de Camera Café, trabajan y mucho, con eficacia y entusiasmo. “Es fundamental no equivocarte en la elección de los guionistas y de los actores. El
casting fue muy largo, vi mucha gente. Era importante que tuviesen ritmo, sentido de la comedia, pero sobre todo que fueran buenas personas, simpáticas y poco conflictivas. Todo se nota en un equipo, también la parte humana que está detrás de la cámara. Como ves, mi clave es crear muy buen ambiente. Tengo que sacar lo mejor de cada uno, tienen que estar entregados, contentos. Cuando se consigue, traspasa la pantalla”. Para los actores Esperanza Pedreño, Arturo Valls y Carlos Chamarro, que dan vida en la ficción a Cañizares, Jesús y Julián, otra clave está en los contenidos. “Hacemos una denuncia y crítica feroz de los males de esta sociedad: el machismo, la hipocresía, el trabajar lo mínimo y exigir el máximo, la incomunicación en la era de la comunicación, la falta de responsabilidad, el miedo a perder el puesto, las luchas de poder, el escaqueo...”. Por lo mismo le gusta a Paz Álvarez, periodista experta en dirección de empresas: “Representa situaciones, aunque de forma exagerada y sacadas algunas veces de contexto, con las que todos nos podemos sentir identificados. Todos llevamos una Cañizares dentro o conocemos a un caradura como Jesús”. El repertorio de personajes le parece muy acertado porque en toda empresa, familia o colectivo siempre hay alguien que se identifica con ellos, y destaca que, entre bromas y risas, tratan la soledad que viven muchas personas más allá de su entorno laboral y la necesidad que tienen permanentemente de que alguien les preste un poco de atención. “Los diálogos son de lo más acertado y sin caer en la ordinariez a la que nos tiene acostumbrada últimamente la televisión. Es un pequeño soplo de aire fresco necesario”. Sin embargo, Camera Café no gusta a todo el mundo, también hay a quien le molesta. “Hay días y días con golpes y moralejas muy buenas, y otros se pasan de machistas y tonterías. Reflejan un entorno laboral de baja calidad profesional y humana”, explica Esther Litago, abogada y consultora de recursos humanos. Tanto Guridi como su equipo cuentan con ello: “Una broma sobre Alcohólicos Anónimos generó su protesta, pero no queremos ofender sino hacer reír”. Para Guridi, Camera Café trata en clave de cómic la sociedad que tenemos llevada a los extremos. “Yo no creo que reflejemos la vida laboral, el escenario es una excusa para mostrar nuestro lado cutre, ruin, mezquino… para hacer humor y sátira. Y, ¿dónde mejor que en la zona de ocio de una oficina? Es cierto que a veces somos crueles, pero es la crueldad de Mortadelo y Filemón, al día siguiente no pasa nada. Nos reímos de nosotros mismos y de nuestra sociedad”. Marta Romo, pedagoga y experta en Recursos Humanos, aunque destaca positivamente los estereotipos de los personajes, les propondría integrar a un asesor en materia de empresa y sobre todo de recursos humanos. “A veces tocan temas y se nota que no tienen mucha idea. Esto me cabrea, pero como el programa es corto, el cabreo no es grande. Al final te ríes”. Guridi cuenta que con los guiones busca todas las sensaciones posibles: “Hay muchos de caca, culo, pedo, pis, ¡porque hay un público que disfruta de eso! Y luego hay otros guiones más inteligentes que te dejan pensando. Pero tenemos que ir a todos. Telecinco es una cadena generalista y emitimos en horario prime time”. Juan Carlos Cubeiro, gurú del mundo empresarial, aporta más datos sobre por qué gusta tanto: “Según Gallup, en Estados Unidos menos del 20% de los profesionales dan lo mejor de sí mismo en el entorno laboral. Esta cifra se puede proyectar a Europa, lo que significa que el 80% de las empresas tienen algo de lo que en Camera Café satirizan, a veces, ferozmente, pero bastante menos que en las versiones francesa o italiana. De ahí la fuerte identificación. Reírnos es la salida sana; reflexionar y aprender sería la inteligente. España es la novena economía mundial, pero nuestra productividad se sitúa en el puesto 29, con unos jefes cuya calidad directiva ocupa el lugar 26 de la OCDE. El psiquiatra Iñaki Piñuel los ha denominado jefes tóxicos y su toxicidad aumenta el riesgo de infarto en un 33% y disminuye la esperanza de vida en diez años. No me digan que no es para reírse”.
Lola Salado, responsable de prensa de Eurotalent Publicado en Magazine - La Vanguardia, el 8 de enero de 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario