miércoles, 3 de marzo de 2010

FIN DE CICLO

La economía española y mundial ha cambiado hace no muchos meses de ciclo económico. El modelo expansivo ha dado paso a la desaceleración. Frank Rijkaard ha sido despedido como entrenador del F.C. Barcelona, siendo sustituido por Pep Guardiola. En el Partido Demócrata, sólo un escándalo espectacular, una verdadera catástrofe de alta intensidad, puede arrebatarle a Barack Obama la nominación: es el fin de la era Clinton. En estos tres casos tan actuales, el ciclo está cambiando.
Ciclo (del griego Ciclós, círculo) es el número de años que, una vez acabado, se vuelve a contar de nuevo. El ciclo lunar es un periodo de 19 años en el que las fases de la luna vuelven a coincidir. El ciclo solar es un periodo de 28 años en el que, en el calendario juliano, los días de la semana vuelven a caer en los mismos días del mes. El ciclo pascual, de 532 años, es aquel en el que los ciclos solares y lunares en el que los días de pascua y demás fiestas móviles vuelven a coincidir. ¿Y los ciclos económicos? En el siglo XIX, los estudiosos se sorprendían de que cada 7 a 10 años, la actividad económica registrara dramáticas caídas. En 1863, Clement Juglar demostró que los ciclos se sucedían unos a otros. De hecho, hay tres tipos de ciclos: los cortos o de Kitchin (de unos 40 meses), los medios o de Juglar (de una media de 8’5 años) y los largos o de Kondratieff (ondas largas de unos 54 años). En cada ciclo se viven cuatro fases: ascenso, descenso, recesión y reactivación. Los economistas Finn E. Kydland y Edgard C. Prescott recibieron el Premio Nobel 2004 por su teoría del ciclo real. Según su modelo, ante el desarrollo tecnológico, el producto aumentará, la demanda de trabajo se expandirá y el salario real se elevará por el incremento de la productividad de los factores (trabajo y capital), hasta que la acumulación de capital sea excesiva. El crecimiento lleva la semilla de la crisis en su seno. ¿Cuándo fue la última crisis internacional? En 2001. ¿Cuándo tocaba de nuevo? En 2008, por supuesto.
No olvidemos que la unidad de Liderazgo no es el individuo, sino el tándem.
En el fútbol también hay ciclos (en la Liga española, entre el Real Madrid y el Barcelona, con mínimas excepciones del Deportivo, el Valencia, el Atlético de Madrid…). No olvidemos que la unidad de Liderazgo no es el individuo, sino el tándem. En el banquillo blaugrana, las cosas funcionaban a la perfección con Rijkaard y con Henk Ten Cate como segundo entrenador. Uno es el paternalista, el hombre tranquilo y sosegado; el otro, el tipo duro que asumía las decisiones impopulares. Resultado: dos ligas y una Copa de Europa. El Barcelona se convirtió en referente mundial por su forma de jugar. Al final de la temporada 2005-2006, el tándem se rompió. Ten Cate fue al Ajax (actualmente forma parte del Chelsea, finalista de la Champions y luchando por la Premier League). Desde entonces, el Barça ha ido de mal en peor. Durante los tres años del tándem, un segundo puesto y dos campeonatos seguidos. Después, un segundo y un tercero. Tras el partido en el Bernabeu, el ex segundo de Rijkaard ha comentado sobre su antiguo equipo: “demasiados egos, demasiadas estrellas. Han dejado de ayudarse unos a otros y eso puede ser su final”. Lo ha sido. Fin de ciclo.En la política ocurre algo muy similar. En los Estados Unidos, los Clinton han dominado el discurso de su partido desde 1992. Cuando Al Gore, vicepresidente de Bill Clinton, trató de desmarcarse de su antiguo jefe, perdió (aunque fuera por poco), perdió. La candidatura de John Ferry fue un paréntesis para preparar la vuelta de Hillary, ya senadora por Nueva York. Parecía pan comido (como lo sería la nominación de Giuliani, alcalde de Nueva York durante el 11-S, por los republicanos). Sin embargo, los tiempos han cambiado. La reconquista del poder parecía segura hasta diciembre de 2007. Pero los Clinton han seguido un modelo de financiación convencional (el de los donantes que aportaban el máximo permitido por la ley; Obama y su equipo ha seguido el modelo de internet, con muchísimos más pequeños donantes), de grandes estados (Obama no ha ganado en Nueva York, California o Texas, pero sí en muchos más estados y con más delegados) y de clientelismo con las minorías (Barack Obama es del siglo XXI, un líder dionisiaco actual, integrador, posracial, posclasista: más “de liderazgo femenino” que Hillary). Los tiempos cambian: la senadora Clinton capta más votos entre las mujeres, los hispanos, la gente mayor, las clases trabajadoras de la industria. Pero Obama ilusiona más.
¿Y su empresa? ¿Está viviendo un cambio de ciclo? Conviene reflexionar sobre ello. Tal vez requiera de un nuevo Liderazgo, de nuevas competencias, de una nueva estrategia, de una nueva cultura. Las crisis son momentos de peligro… y de enorme oportunidad. Tratar de seguir haciendo lo mismo y esperar algo diferente es, como decía Albert Einstein en su día, prueba de una auténtica locura. Hemos de afrontar la realidad, asumir la condición cíclica (circular) de la vida y asumir los cambios que se producen a nuestro alrededor (en los profesionales que integran nuestra organización, en los clientes, en los accionistas, en la sociedad en su conjunto).
Toda una lección de humildad y de esperanza. No hay mal que cien años dure. Ni éxitos que superen los siete u ocho años.
Juan Carlos Cubeiro, director de eurotalent
Publicado en Cinco Días, 7-8 de junio de 2008

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