miércoles, 3 de marzo de 2010

ADIÓS BUSH, ¡BIENVENIDO OBAMA!

Casi todo el segundo mandato de George W. Bush se ha caracterizado por una disminución progresiva de su liderazgo, a medida que iba tomando decisiones que cuando menos podríamos llamar discutibles. Se reconozca o no, los Estados Unidos de América son el país de referencia del mundo; su influencia política y económica ha servido de trampolín de sus valores culturales, y el ejercicio de liderazgo de su Presidente de turno ha definido, más allá que el propio país, las relaciones y equilibrios geoestratégicos del resto del mundo. En una situación de crisis global como la que enfrentamos, se echaba en falta este referente. La crisis tiene un importante componente de falta de confianza de la sociedad en sus administradores, que no han demostrado defender unos valores éticos mínimos. Y no volverá la confianza en los mercados hasta que no halla confianza en los administradores. En este contexto, ante un Bush desdibujado e impopular, surge la figura de Barack Hussein Obama. Radicalmente distinto de Bush, Obama no es blanco, es un intelectual ilustrado, políticamente más a la izquierda (más socialdemócrata, según las ideas que manifiesta), mucho mejor orador, más joven, con carisma. No es nuestro Presidente, pero sí es nuestro Presidente Americano, cuyo desempeño nos va afectar probablemente más que el de muchos otros políticos de nuestro país. Es por tanto un líder lejano, pero próximo a la vez. ¿Y qué podemos esperar de él? A mi juicio, el cambio en estos momentos puede tener consecuencias muy positivas por varias razones: Ha sido capaz de generar ilusión, premisa fundamental para enfrentar situaciones complicadas. Declara defender unos principios éticos que suponen valores compartidos tanto por sus partidarios como por sus adversarios, por encima de lo que son sus propias convicciones personales. Está dispuesto a “dar la cara”, a afrontar los problemas por complicados que sean. Plantea medidas necesarias para todo el país, no sólo para los que piensan como él. Afronta los problemas con serenidad y criterio. Es para recordar la respuesta a McCain cuando éste propuso posponer un debate para tratar de la crisis financiera: “Un Presidente debe ser capaz de atender dos asuntos muy importantes al mismo tiempo”. Por todo ello, y por el efecto que puede tener en el resto de países, entre los que nos encontramos, podemos decir “Adiós, Bush; bienvenido, Obama”
Manuel Nuevo, director de Eurotalent
   
 

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