viernes, 5 de marzo de 2010

AUSTRALIA

El estreno de Australia en Australia levantó grandes expectativas; se esperaba la versión australiana de Lo que el viento se llevó. Pero a la crítica no le ha gustado, siendo especialmente dura en el mayor país de Oceanía donde los críticos locales han llegado a la crueldad con nuestra Nicole Kidman, quien por primera vez no ha pasado las navidades en su Sydney natal. Si bien es cierto que no es su mejor interpretación, resulta entretenida y la que el director australiano Baz Luhrmann ha buscado: exagerada, como Moulin Rouge, con la que alcanzó la fama mundial. Kidman interpreta el papel de Lady Sarah Ashely, una inglesa remilgada que llega a la gran isla para controlar el rancho de su marido. Allí conoce a Drover, un arriero de ganado al que da vida el también australiano Hugh Jackman.
A riesgo de ser fusilado, tengo que confesar que Australia me gustó. Es cierto que peca de excesivo sentimentalismo, pero ¿qué se espera de una épica romántica? La fotografía es espectacular, el joven actor aborigen increíble y la historia entretenida. Pero además toca temas potentes, como el tremendo coraje de nuestros antepasados para forjar este país. Su lucha tenaz para de una naturaleza salvaje, crear las grandes granjas y ganaderías, hoy las más eficaces del mundo. También refleja la lucha de personas honestas enfrentadas a un poder corrupto, y cómo esta tentativa inspira a más y más personas para unirse a su causa. Pero sobre todo, trata de la reconciliación entre dos pueblos: el europeo y el aborigen en su intento de crear una nueva realidad.
Sin duda, en Australia el tema racial se trata con superficialidad. El choque entre estas dos culturas ha sido brutal y lamentable. Aún así Australia ha progresado hasta ser una de las naciones más democráticas del mundo, con un nivel de igualdad que no he visto en ningún otro país. Lo crucial es que hay un deseo, por ambas partes, de reconciliación, evidenciado en el perdón oficial ofrecido por el Primer Ministro con el apoyo de la amplia mayoría de australianos. Esto es algo nuevo.
Cruce de caminos La cinta deja un buen sabor: el triunfo de la honesta tenacidad sobre la mezquindad
desde el espíritu realista pero optimista del pueblo australiano y con la creencia de que con una visión o un sueño de lo que quieres conseguir y esfuerzo se puede alcanzar.
Y en estos tiempos de crisis, es necesario transmitir esperanza, como lo hace la cinta. He sobrevivido a dos recesiones y he visto cómo en épocas difíciles muchas organizaciones promocionan a financieros para ser consejeros delegados. Estos perfiles son fantásticos en lo suyo pero suelen ser nefastos dirigiendo empresas. En tiempos de recesión su respuesta es cortar gastos y reducir plantilla. Hoy se ve mucho... No niego la importancia de controlar gastos pero no inspirarás a tu equipo o a tu empresa a luchar sólo cortando gastos y echando a tus compañeros. Es precisamente la lección de Australia: cómo un pintoresco equipo -una aristócrata inglesa, un competente vaquero australiano blanco, un vaquero aborigen, una mujer, un borracho y un niño-, crean una nueva realidad, allí en el desierto.
Hoy más que nunca se necesitan proyectos que inspiren a las personas a sacrificarse
Hoy más que nunca se necesitan proyectos que inspiren a las personas a sacrificarse en pos de algo mayor que conseguir un mejor retorno para los accionistas.
en pos de algo mayor que conseguir un mejor retorno para los accionistas. En una situación de crisis hay que unir, no dividir. Así la promesa de reconciliación entre dos pueblos en Australia también nos puede servir de inspiración para sobrevivir a la crisis.
En las organizaciones hay facciones, grupos enfrentados, con puntos de vista e incluso intereses diferentes. Ya es hora de reconciliarse, de encontrar un proyecto y un liderazgo capaz de unir por encima de intereses individuales. Puede ser un nuevo servicio, un producto innovador, una manera de aportar a la sociedad. Y si se hace bien, habrá resultados, aunque no son los beneficios los que crean el futuro, sino el proyecto compartido de quienes lo hacen. En 2009 los obstáculos parecen enormes, pero como la pintoresca pandilla en Australia, nosotros también podremos.
Douglas McEnroe, Director de Douglas McEnroe Group Publicado en Expansión y Empleo, en Enero de 2009

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