viernes, 5 de marzo de 2010

CUANDO EN ESPAÑA GOBIERNE UNA MUJER

Las ideas surgen bajo la forma de marcos. Cuando los marcos están ahí, las ideas surgen inmediatamente. Los marcos son estructuras mentales que conforman nuestro modo de ver el mundo. El cambio de marco es el cambio social
Después de analizar multitud de procesos electorales y reflexionar sobre el Liderazgo
político, se puede llegar a la conclusión de que los ciudadanos suelen elegir a aquellos candidatos que les recuerdan a sus mejores figuras históricas. Por ejemplo, las últimas elecciones generales francesas se convirtieron en una especie de duelo entre versiones actualizadas de Juana de Arco (Segoléne Royal) y Napoleón Bonaparte (Nicolás Sarkozy). Ganó el general corso y la doncella de Orleáns fue enviada a la hoguera por los suyos. En las últimas presidenciales de Estados Unidos, John McCain trató de convertirse en un nuevo Ronald Reagan (evidentemente, sin el encanto y la capacidad de comunicar del actor y ex gobernador de California), en tanto que Barack Obama revivió las ilusiones de John Fitzgerald Kennedy (con amplias dosis de Martin Luther King), con mayor éxito que su rival. Es lo que George Lakoff, el lingüista cognitivo de moda entre los politólogos, llama “pensamiento metafórico”: “Las ideas surgen bajo la forma de marcos. Cuando los marcos están ahí, las ideas surgen inmediatamente (…) Los marcos son estructuras mentales que conforman nuestro modo de ver el mundo (…) El cambio de marco es el cambio social”.
¿Y en nuestro país? En estos 30 años de democracia, los españoles hemos votado en Adolfo Suárez a un ilustrado como Jovellanos (pactista y modernizador), en Felipe González un guerrillero “por el cambio” (a lo Espoz y Mina, El Empecinado o en su versión más televisiva, un Curro Jiménez), en José María Aznar a un Cisneros austero y gestor (cuando se convirtió en Don Pelayo, los españoles dieron la espalda a su sucesor) y en José Luis Rodríguez Zapatero, a Don Quijote (idealista, luchando contra los molinos). Como escribió Víctor Hugo: “No hay nada más poderoso que una idea cuyo tiempo ha llegado”. Elegimos a nuestros gobernantes –inconscientemente– en función de marcos verdaderamente simples: las imágenes de éxito que tenemos en nuestra historia.
Bien, ¿y ahora qué toca? Siguiendo la tesis del ex ministro y actual Presidente del Instituto de Estudios para la Democracia del CEU José Manuel Otero Novas, en su libro El retorno de los Césares, la historia combina ciclos dionisiacos (apasionados, vitales) con otros apolíneos (lógicos, armoniosos). Durante toda la guerra fría, Occidente ha vivido un periodo apolíneo, mesurado, y estamos entrando en una etapa dionisiaca (Sarkozy, Putin y Obama son buena prueba de ello). Pero no necesariamente un liderazgo dionisiaco masculino (como el de Sarko o Putin), sino femenino (como el de Barack Obama). De la testosterona (la agresividad) a la oxitocina (el cariño, la integración). En el 2011-12 nuestro país entrará en un periodo dionisiaco femenino de liderazgo representado por una imagen de luchadora como Agustina de Aragón (Barcelona, 1786 – Ceuta, 1857) o Manuela Malasaña (Madrid, 1791 –Madrid, 2 de mayo de 1808). Una guerrera (catalana o madrileña) para un nuevo modelo económico y social tras la profunda crisis actual.
Según las expertas en diversidad de género (con Marta Romo a la cabeza), el liderazgo femenino se distingue por nueve cualidades que la primera Presidenta de Gobierno de la historia de España debiera conocer e incluso practicar:
- Escucha y empatía frente a complacencia: el liderazgo masculino nos ha traído el “síndrome de la Moncloa”. Todo lo que hacemos está bien, todo lo que hace el partido rival está mal. El cerebro femenino gusta de las relaciones sociales y tiene mayor poder de comunicación.
- Capacidad de trabajo y humanismo. Firmeza en los valores de convivencia, reconocimiento y aprovechamiento de la diversidad, respeto y tolerancia… Citando a Lois Wyse, “a los hombres se les enseña a disculparse por sus debilidades; a las mujeres, por sus fortalezas”. Esto va a cambiar, y pronto.
- Optimismo y espíritu de superación. Aprender (de verdad, no de boquilla) de los errores, asumir las propias responsabilidades, mejorar continuamente. Significa también mirar el futuro con esperanza y con ilusión, y actuar con entusiasmo.
- Belleza y versatilidad. Un sentido estético de la vida y de la acción social, así como la flexibilidad suficiente como para actuar en función de las circunstancias. Y el sentido del humor, como cualidad que emana de la seguridad en una misma.
- Valentía, coraje. Es el tiempo de las valientes (desde Aristóteles, la valentía es el término medio entre la cobardía y la temeridad). De la inteligencia maternal, capaz de hacer varias cosas a la vez, poder con todo y actuar como protagonista –humilde, inquieta– pero no como víctima, sino desde el equilibrio y el autoconocimiento. La vitalidad al poder.
- Intuición e innovación. Es la capacidad de tomar decisiones más allá del análisis puramente lógico. Y, desde la inquietud, de ofrecer cosas nuevas a los demás. En un mundo globalizado, acelerado, crecientemente tecnológico, la intuición vale más que nunca.
- Fuerza y alegría. Sin caer en la euforia, este mundo gris necesita una buena dosis de color. De ilusión, de agradecimiento y de sana excitación. Es lo que hemos vivido con Obama, el primer líder global, y es lo que nos gustaría vivir con la primera presidenta de gobierno.
- Equilibrio de vida. Entre la profesión (liderar un país), sus aficiones, sus amistades, su familia… Un equilibrio entre la energía emocional, intelectual, física y de valores (espiritual). La primera presidenta del gobierno de España debiera tenerlo muy en cuenta, como han hecho Ángela Merkel en Alemania o Tarja Halonen en Finlandia.
- Auténtico Liderazgo. Con un equipo potente en el que confía. Con una apuesta por la meritocracia, vengan los más talentosos del partido político que vengan. Con influencia moral honesta, basada en quien es y lo que significa y no en el cargo que ocupa. Un Liderazgo apasionante. Lo mejor está por llegar. Este país nuestro ha vivido un milagro económico y una transición modélica. Hora es, pues, de un nuevo momento histórico. El de una Presidenta del Gobierno.
Juan Carlos Cubeiro, Director de Eurotalent
Publicado en Capital, en Marzo de 2009

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