lunes, 1 de marzo de 2010

QUIERO SER COMO PEPU

A la gran mayoría de los directivos españoles nos gustaría, después de los intensos momentos vividos con la selección española de baloncesto, compartir las cualidades de su entrenador Pepu Hernández. En el fondo, el bueno de Pepu “(bueno, en el mejor sentido de la palabra bueno, como diría el poeta)”, personifica las virtudes de un directivo honesto, trabajador, conocedor de su gente, con las ideas claras y el corazón atemperado. En lugar del héroe a lo John Wayne, el líder español es un Pepu con alma de quijote. Para acercarnos a la figura del momento, a ese Pepu que logra el oro con una conducta intachable, hemos de evitar caer en esas “afecciones del alma” (“pecados capitales” en la terminología cristiana) que son nueve y no siete:
• Soberbia : Los directivos suelen comportarse, a la larga, de forma distante con los demás. Pepu es el mismo desde que jugaba en el Ramiro de Maetzu hasta que entrenó al equipo colegial y después a la selección. Frente a la arrogancia (más o menos larvada) el esfuerzo
cotidiano, humilde, tranquilo, constante.
• Ira : Cuando las cosas no salen como se esperaba, muchos directivos estallan en ataques de cólera. Pepu ha demostrado un enorme autocontrol frente a la presión, en circunstancias adversas como el fallecimiento de su padre. Frente a la ira, la entereza, mantener la calma, dominar las emociones negativas.
• Avaricia : Muchos directivos tratan de acaparar bienes, derechos, lujos... Pepu Hernández y quienes son como él no abusan de su poder, sino que utilizan su credibilidad y autoridad moral con una emotividad íntegra.
• Lujuria : Cuando los directivos utilizan a las personas como “recursos”, como un mero coste a minimizar, como un medio para la consecución de un fin (los beneficios). Pepu Hernández nos ha demostrado que la autoconfianza de un conjunto, que su autoestima, se basa en la estima que les merezca el entrenador.
• Gula : No se trata sólo de atiborrarse de comida, sino de todo tipo de placeres. Una buena cantidad de directivos se “deja llevar” no por lo que más le conviene, sino por lo que más le gusta. Frente a la gula la elegancia desde la naturalidad, desde el disfrute con lo que uno hace.
• Orgullo : Si la soberbia es continua, el orgullo malsano es una respuesta desproporcionada a una situación estresante. Es la venganza del “ojo por ojo”, la temeridad. Frente a este tipo de orgullo, el equilibrio de las emociones, conceder importancia a lo esencial con la suficiente perspectiva.
• Pereza : Como decía Picasso, las musas te tienen que pillar trabajando. No hay directivos de triunfo sostenido que no sean unos verdaderos currantes (por eso, hacer lo que a uno le gusta ayuda mucho). Pepu es un ejemplo de energía, de trabajo constante, de dedicar largas horas a su actividad.
• Duda : A la hora de la verdad, muchos directivos no saben que decisión tomar, a qué carta quedarse, qué hacer. La duda Hamletiana es traidora, pero frecuente. ¿Cómo evitarla? Con un adecuado enfoque, con un modelo claro y sencillo de cómo hacer las cosas. • Envidia: Cuando no hay sensación de mérito, crece la envidia por los demás, como vemos en muchas organizaciones (y equipos directivos). Frente a la conducta envidiosa, el
entusiasmo por la labor colectiva, por el trabajo de todos, por la aportación de cada uno.
Estas nueve “virtudes” (esfuerzo, entereza, emotividad, estima, elegancia, equilibrio, energía, enfoque, entusiasmo) nos llevan a la décima “E”: El equipo, por encima del individuo, para un club que ha ganado el campeonato del mundo: España. Lo que hemos de hacer como directivo no es memorizar esta “E”, estos lugares comunes. Lo prioritario es detectar (en opinión propia y, sobre, en la percepción de quien mejor nos conocen) nuestras tres fortalezas (y apalancar sobre ella) y nuestras tres mayores oportunidades de mejora (para aprovecharlas positivamente). Y cumplir un plan de acción, idealmente con la ayuda de un buen “coach”. Adiós a los directivos metrosexuales, los “David Beckham” del mundo de los negocios. Bienvenido a los Pepu Hernández, modelo de coach, modelo de líder.
Juan Carlos Cubeiro, director de Eurotalent Publicado en infoempleo.com el 10 de septiembre de 2006

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