lunes, 1 de marzo de 2010

PERDER EL MIEDO A PERDER, PARA TRIUNFAR

El protagonista de 'V de Vendetta', tras su máscara, proyecta su valentía para cambiar el orden, innovar y conseguir una sociedad propicia para el desarrollo de las personas. El miedo nos paraliza, nos impide crecer, es una emoción negativa que supone una merma de nuestras capacidades. Cuando éste aparece solamente podemos reaccionar de tres maneras: huyendo, atacando o bloqueándonos. Así, paralizada, se encuentra la población de Inglaterra en la que está ambientada V de Vendetta –año 2205 aproximadamente–. Los habitantes han sacrificado su libertad por miedo a perder su estabilidad y seguridad. Funcionan como autómatas con hora de entrada y salida al hogar, al igual que ocurre en muchas empresas actuales en las que reina el miedo y donde los empleados están bloqueados. Solamente hay una persona que no se encuentra aterrorizada: V. Es un idealista que se enfrenta al sistema, un loco, pero ya sabemos que son estas personas las que han conseguido cambiar el mundo y no al revés. V, el hombre con máscara, con la cara de Fox dibujada (revolucionario que hace seiscientos años intentó volar el Parlamento inglés por los aires), es paradójicamente el que menos máscaras usa.
El protagonista de 'V de Vendetta', tras su máscara, proyecta su valentía para cambiar el orden, innovar y conseguir una sociedad propicia para el desarrollo de las personas.
Romper con la rutina
Las empresas necesitan cada día más de personas V, gracias a las cuales van a poder avanzar y crecer. Para ello tienen que apostar fuerte por crear el clima propicio en el que florezcan Valientes, Valerosos e innoVadores, no los Temerosos. Debemos InnoVar y ser Valientes cuando las cosas van bien, no cuando no nos queda otra alternativa y se teme por la continuidad de la organización. Para innovar y crecer, lo único que tenemos que hacer es perder el miedo a perder, pero normalmente sólo lo hacemos cuando lo tenemos todo perdido. V lo tiene claro y no hay nada en su pasado, ninguna señal de que en el futuro se fuese a convertir en héroe; seguro que si la película continuara, se inventarían un brillante pasado. Se le atribuirían cualidades como capacidad de negociación y persuasión, que tuvo una notable carrera y que apuntaba alto desde pequeño. Incluso que nació con ese gran valor, con ese coraje, que estaba predestinado a cambiar el rumbo de un país. Pero los héroes no nacen, se hacen. Para ello tenemos que conseguir en nuestras organizaciones atmósferas propicias para el desarrollo y crecimiento de los mismos. Si no existe un ambiente de confianza, no podremos desarrollar el trabajo en equipo, ni el liderazgo. Con temerosos no avanzamos. Sólo cuando consigamos eliminar el miedo en las compañías es cuando podremos avanzar hacia el progreso y multiplicar la productividad.
Sin miedo al riesgo
V disfruta con su tarea, la de liberar al país de una opresión que le lleva a estar paralizado. Que no nos asuste el divertirnos trabajando. Si lo logramos nuestro compromiso se eleva; no olvidemos que forma parte de las cuatro D necesarias para la liberación del talento: diversidad, disfrute, dominio y dedicación. Si estamos temerosos no disfrutamos, solamente cuando consigamos neutralizar el miedo seremos libres y podremos hacerlo. A V no le importa el riesgo, porque es consciente de lo que éste supone y además admite que algo puede fallar en su cometido. Su fin es superior a lo que está en juego –aunque en este caso sea su propia vida– porque encuentra algo de mayor valor: sus ideales –libertad, justicia e igualdad–. El mayor riesgo que tienen las empresas actualmente es el de no arriesgarse. Las organizaciones necesitan V, no con ánimo de venganza, sino valientes, valerosos, innovadores y con valores.



Nuria Sáez, gerente de Eurotalent Publicado en Expansión & Empleo el 15 y 16 de julio de 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario