lunes, 1 de marzo de 2010

MOZART Y SANTO DOMINGO

Escribo estas líneas desde la República Dominicana, donde tengo el privilegio de acompañar, junto a otros directores de Eurotalent, al Gobierno de Cantabria en su primera misión institucional y empresarial a este país. Dos consejeros (Economía y Hacienda e Industria, Trabajo y Desarrollo Tecnológico), la CEOE-CEPYME y la Cámara de Comercio, varios responsables de instituciones y decenas de empresas cántabras están trabajando esta semana con numerosos ejecutivos de asociaciones empresariales y secretarios de estado (el equivalente a nuestros ministros), incluyendo el propio presidente de la República, D. Leonel Fernández, para alcanzar y desarrollar acuerdos de beneficio mutuo. Cantabria es una pequeña comunidad autónoma (apenas 500.000 habitantes y el 1% del territorio español) que vive una etapa altamente emprendedora: posee una cátedra de Desarrollo Regional en el CEIBS de Shanghai y su sociedad de desarrollo (Sodercan) es punta de lanza de la internacionalización a través de la implantación de su plan estratégico. En otros tiempos, dedicar una semana a actividades al otro lado del Atlántico supondría un notable parón en el día a día. Hoy, sin embargo, la treintena larga de directivos que estamos en esta misión empresarial contamos con conexión a Internet desde la habitación (Nacho Romero, del gabinete de prensa del gobierno cántabro, envía el vídeo de nuestras reuniones diariamente a través de la red), nuestros teléfonos móviles funcionan perfectamente sin modificación alguna e incluso podemos ver las televisiones de nuestro país y los partidos de nuestros equipos de fútbol favoritos en directo a través de ESPN. El mundo es plano, en expresión del periodista del New York Times (y Premio Pulitzer) Thomas Friedman, en un best-seller recientemente traducido al castellano. Gracias a las tecnologías de información y comunicaciones, podemos trabajar en tiempo real desde cualquier punto del planeta. Como dice Friedman, “puedes innovar sin emigrar” y tratar con colegas de todo el mundo casi los mismos temas, tanto económicos, políticos y sociales como deportivos (la NFL, la Champions League, la NBA...). Aquí se vive el año Mozart, por ejemplo, casi tanto como en la Vieja Europa (me han informado de que la Sinfónica de Castilla-León tocará en esta capital caribeña en mayo). Y si escribimos en google “Mozart + Santo Domingo” obtenemos 235.000 páginas, en tanto que “Mozart + Salzburgo” sólo nos da 101.000 entradas. ¿Cómo es eso posible? Sí, el mundo es plano, pero a la vez puntiagudo, como demuestra Richard Florida, profesor de la George Mason University y gurú de la “clase creativa”, un concepto esencial en la actual dirección de empresas. El mundo es “spiky” (con picos y valles), tanto en términos de población (más de la mitad del planeta habita en zonas urbanas, con 5 megaciudades de más de 20 millones de personas, 24 metrópolis con más de 10 millones, 60 ciudades con más de 5 millones y 150 urbes con más de 2’5 millones; la economía de Nueva York, Los Ángeles, Chicago más Boston supera a la de China), como de consumo energético (dominan crecientemente unas pocas ciudades de Estados Unidos y Europa, y algunas asiáticas), de innovación (de las 300.000 patentes anuales, el 85% se producen en Japón, Estados Unidos, Corea del Sur, Alemania y Rusia; IBM
Una “marca global” atrae, retiene y desarrolla clase creativa, gente de talento. obtiene cinco veces más patentes que China e India juntas) y de concentración de talentos (los 1.200 científicos más prestigiosos del planeta viven prácticamente todos en apenas una veintena de ciudades; Tokio, Seúl, Nueva York y San Francisco, Boston, Seattle, Austin, Toronto, Vancouver, Berlín, Estocolmo, Helsinki, Londres, Osaka, Taipei y Sydney marcan la pauta como nunca antes). Acercar la “clase creativa” de la República Dominicana (un país cuyos desempleados son mayoritariamente universitarios) a una de nuestras comunidades autónomas de mayor impulso (la que redujo el paro en mayor medida en 2005) es un reto formidable, acorde con el siglo XXI. En un mundo plano y a la vez puntiagudo es normal que la agenda se extienda geográficamente. Un servidor estará en marzo en África (con APD) y China (con la Federación Española de Fútbol), en abril en el Cono Sur y así sucesivamente. Sólo hay tres condiciones a tener en cuenta en este planeta sin distancias: los husos horarios, que te obligan a ser más flexible de lo habitual, las diferencias culturales (como desgraciadamente ha demostrado el incidente internacional por las caricaturas de Mahoma en la prensa danesa), a las que debes estar particularmente atento (la empatía se globaliza) y la necesidad de ser una marca global. Mozart es la marca más valiosa de Austria. Volviendo a la ciudad natal del genial Amadeus, Salzburgo (así, en castellano), no dice apenas nada en el mundo. Salzburg, sí. “Mozart + Salzburg” nos da en google unas 2.690.000 entradas, 27 veces más que en español. Nuestro idioma está perdiendo a marchas forzadas el tren de este mundo plano + puntiagudo. El inglés es de hecho la lingua franca, vital en los negocios, y el chino emerge con fuerza. Iniciativas como la del gobierno dominicano de recuperación del español y el “Proyecto Comillas” son realmente imprescindibles. Geográficamente hablando, una “marca global” atrae, retiene y desarrolla clase creativa, gente de talento que emprende en las artes, en las ciencias y en las más variadas profesiones liberales. Es la apuesta actual de una región como Cantabria. Es el futuro... y el presente.

Juan Carlos Cubeiro, director de Eurotalent

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