lunes, 1 de marzo de 2010

LA IMPORTANCIA DEL “BACK-OFFICE”: EL CASO DEL “CIRCO DEL SOL”

Hace unas semanas, tuve la oportunidad de ir a ver el espectáculo del “Circo del Sol”. Hacía mucho tiempo que lo estaba deseando pero, por unas u otras razones, hasta este momento, no había sido posible. Realmente el espectáculo que presencié fue maravilloso una mezcla de arte, buen gusto, equilibrio y estética en un escenario clásico de un circo, pero absolutamente innovador en todos los aspectos. El espectáculo tiene todos los ingredientes de un circo clásico, pero presentados con una armonía, un colorido, una ambientación y una música que hacen que se convierta en un deleite para los sentidos y una ilusión para la mente del espectador. Como dice el folleto de presentación del espectáculo, que en este caso se llama “ALEGRIA”, es un “estallido de vida” en el que todo es posible y en el que la imaginación puede recorrer los caminos más apasionantes. El “Circo del Sol” fue presentado en Canadá, su país de origen, en el año 1984 y mezcla de una manera sabia y a la vez revolucionaria, las tradicionales artes circenses con un vestuario maravilloso y extravagante a la vez, una escenografía mágica y una música, al mismo tiempo, pegadiza y original. Desde entonces ha ido evolucionando (creciendo en términos empresariales) no sólo en volumen, sino también en excelencia y en calidad, renovando sus espectáculos e innovando permanentemente con una estrategia de éxito artístico y empresarial. Primero salió de su feudo original Québec, para pasar al resto de Canadá, después a U.S.A. en el año 1987, para saltar en el año 1992 a Japón y a Europa con una “alianza estratégica” con el Circo Knic de Suiza, aunque el verdadero salto a Europa se produce en el año 1995. Hoy en día el circo recorre una buena parte de las principales ciudades del mundo cosechando éxitos, como se dice en estos casos, de crítica y público. El éxito del Circo del Sol se basa, ante todo y como no podía ser de otra manera, en el talento que atesora y en la pasión que todos los componentes ponen en la acción. Pero hay algo muy importante que llamó poderosamente mi atención. El Circo del Sol lo componen 25.000 personas que operan en más de 100 oficinas en todo el mundo. En escena, en cada representación, hay sólo unas 50 personas, incluyendo artistas, músicos y figurantes, es decir, la proporción entre lo que pudiéramos llamar “front-office” y el “back office” es abrumadora. Los artistas son extraordinarios, pero la diferencia con otros espectáculos circenses está, básicamente, en todo el soporte que hay detrás de ellos y que hacen lo que verdaderamente diferencia a este espectáculo, su arte, su belleza, su colorido, su equilibrio, su estética, su imaginación, su
El éxito del Circo del Sol se basa, ante todo, en el talento que atesora y en la pasión que todos los componentes ponen en la acción. capacidad para entusiasmar y su innovación para hacer del circo, un espectáculo que podríamos calificar de maduro, algo ilusionante y mágico para el espectador. Pues bien todo ello, como digo, se produce gracias a su importante “back-office” que no está en la pista donde se produce el espectáculo, pero que hace que éste sea absolutamente distinto. El Director Artístico, el Compositor de Música, los Diseñadores de Vestuario, los Escenógrafos, los Coreógrafos, el Diseñador de la Iluminación, el Diseñador de Sonido con sus equipos y un largo etcétera en el que incluyo al Director y a todos los que gestionan la compleja organización, no están en la pista del espectáculo, pero están presentes en la excelencia del circo. Sin quitar un ápice al mérito de los artistas, que son los que se llevan el aplauso del público, todo ello es gracias a los que están detrás de las bambalinas, o a muchos kilómetros de donde se desarrolla el espectáculo, pensando en las nuevas producciones. Ello me lleva a reflexionar sobre lo que ocurre en la mayor parte de las empresas donde el “back- office” juega un papel segundón, como ocurre muchas veces, con la función de Recursos Humanos. Las estadísticas siempre son demoledoras y por ejemplo, en España, sólo 18 de cada 100 directores de Recursos Humanos forman parte del Comité de Dirección, lo cual ilustra la importancia que se da a una función tan básica para los resultados de la empresa. Esto, además, crea una especie de círculo vicioso ya que como la función parece ser de segundo nivel, el responsable de la misma no es necesario que tenga un perfil potente, en comparación con los responsables de otras funciones que se consideran más importantes, con lo cual el acceso al Comité de Dirección es, prácticamente, imposible. Hace unos días la prensa económica se hizo eco de un estudio sobre la Dirección y los Directores de Recursos Humanos, fruto de una encuesta realizada entre 251 Directores españoles. Se supone que la prensa citaba “lo más noticiable” que, entre otras cosas, era: que deciden precipitadamente, son reactivos al cambio, son poco diplomáticos... Personalmente conozco a muchos directores de Recursos Humanos españoles y no responden a estos estereotipos. Son gente eficaz, buenos directivos y que desempeñan su misión con calidad. Ahora bien, cabría preguntarse ¿el nivel de nuestros Directores de Recursos Humanos es el adecuado? o ¿es que el nivel que damos a la función de Recursos Humanos no es el adecuado? No se pueden pedir “peras al olmo”, si el nivel de la función es el adecuado, el nivel de la persona que lo desempeña estará, o debería de estar, de acuerdo con el mismo. Las funciones de Ventas y de Producción son, sin duda, muy importantes, pero las que las soportan lo son tanto o más. En el Circo del Sol lo saben muy bien y constituyen la base de sus éxitos.
Vicente Blanco, director de Eurotalent

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