lunes, 1 de marzo de 2010

JUSTOS PERO POLÍTICAMENTE INCORRECTOS

Hace varias semanas tuvimos la suerte de poder empezar a disfrutar de una nueva serie de televisión, de una gran calidad que para más encanto está producida en España. Que podamos decir esto, viendo a lo que las televisiones nos tienen acostumbrados es en sí mismo una grata novedad. Nos referimos a “LOS SIMULADORES”, serie producida por Notro Films para la cadena Cuatro que se emite los domingos a las 22:00 horas.
Los Simuladores son un grupo altamente especializado en resolver problemas mediante la realización de operativos de simulación. Cuatro socios resuelven los conflictos que les plantean sus clientes creando una falsa realidad mediante un sofisticado simulacro para conseguir sus fines. Estos problemas son básicamente cotidianos, recuperar un trabajo o la mujer amada, conseguir que un mafioso perdone una deuda, es decir, problemas a los que ni la policía, ni organismos oficiales ni la justicia podrían dar respuesta.
Los Simuladores no se mueven con fines altruistas, no plantean conceptos morales ni juzgan a sus clientes; ellos se mueven sólo y exclusivamente por dinero. Aunque, por supuesto, sus servicios siempre están frente a la persona éticamente más cuestionable. El cliente deberá pagar los gastos del operativo, una cantidad por los servicios prestados y además estar dispuesto a ayudar en otros simulacros que se presenten. Por lo menos permiten el pago aplazado o dan facilidades, vamos, como cualquier centro comercial que se precie. Este es quizá el aspecto más novedoso de la serie. Atrás queda el superhéroe que se empeña en salvar a la humanidad aunque ella no quiera ser salvada de forma totalmente altruista. Nos encontramos con una empresa en la que cada uno de sus empleados tiene su función y se rigen por conceptos mercantilistas. Tú me contratas para realizar un trabajo y yo te cobro por ello. No me cuestiono si lo que voy a hacer es correcto o no. Intento realizar el trabajo de la mejor manera posible para cumplir mis objetivos. Cada uno de los protagonistas domina una actividad, lo que llamamos profesionalización, que es necesaria para realizar la simulación y además cuentan con sus ex clientes que tienen sus profesiones, las cuales también son necesarias para completar el trabajo. En esta profesionalización nos encontramos con los siguientes perfiles:
El líder del grupo y responsable de la planificación: la cabeza
El responsable de investigación: el corazón
El responsable de técnica y movilidad: las extremidades
El responsable de caracterización: el tronco Cada uno tiene su función perfectamente definida y no se aparta de ella. Otro aspecto a destacar de los guiones es la complicidad a la que invitan al espectador. Este es plenamente consciente de la realización de la simulación e incluso de los fallos que esta presenta en algún momento del desarrollo. Es una simulación que se realiza con los medios que se tienen y no un espectáculo perfecto, con medios ilimitados y cien por cien efectivos. Debemos agradecer que no nos cuenten nada de la vida privada de los profesionales, los argumentos se centran en los clientes y no en los protagonistas creando una auténtica división entre ellos. El secreto de las vidas privadas de Los Simuladores hasta aporta matices a las historias pero sin distraernos de lo esencial, el operativo de simulación. En definitiva, Los Simuladores manejan su propio concepto de justicia, pero siempre con un fin noble, aunque tengan que saltarse a la torera reglas establecidas. Lo justo no siempre es legal. Son justos pero políticamente incorrectos. Bienvenidos.



Diego Orbea, gerente de Eurotalent

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