martes, 2 de marzo de 2010

HACIA UNA ECONOMÍA DEL TALENTO Y DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

“La explosión de las emociones ha hecho “aflorar la parte espiritual y de los valores”
“No hay un dogma en el desarrollo del talento; sólo hay esfuerzo, y ese desarrollo depende del momento, contexto y de la resiliencia”, sostiene el director de Eurotalent, Juan Carlos Cubeiro, que ha asistido recientemente al VI Congreso Mundial de Inteligencia Emocional celebrado en Johannesburgo, donde se han esbozado algunas de las tendencias de futuro en gestión del talento. Como resume Cubeiro, “después de 10 años de la Inteligencia emocional de Daniel Goleman, cada vez es más importante el liderazgo, que depende, a su vez, cada vez más de las emociones. Se habla de lo mismo de siempre, pero cada vez importa más”. Cubeiro detalla a LA GACETA las principales líneas de futuro del talento e inteligencia emocional, que, como precisa “en un mundo global, necesita de nuevas aportaciones, no solo de EEUU, sino de Europa, Australia, Sudáfrica o Latinoamérica”.
Talento y psicología.
Según los expertos que asistieron al congreso de Johannesburgo, el talento penetra en la persona de una u otra manera según las preferencias. “Por ejemplo, a un introvertido le viene mal la formación en coaching, porque no sabe asimilarla”, describe Cubeiro. A este respecto, cuanta más experiencia tiene el líder, más se recomienda el coaching. El consultor español destaca las aportaciones de Rod Warner, de Preformax Consulting, para quien la resiliencia (capacidad de afrontar la adversidad y salir airoso de ella) es esencial para avanzar porque sólo el 34% de los proyectos de las empresas tienen éxito.
El poder del lenguaje.
“No hay un dogma en el desarrollo del talento; sólo hay esfuerzo, y ese desarrollo depende del momento y contexto”.
Cubeiro comenta que ahora el lenguaje se había observado desde una concepción muy individual, pero “ahora se concibe como algo más corporativo”. De este modo subraya, “tanto el líder como la estrategia se ven como comunicadoras, por lo que ahora transforma no sólo el lenguaje del líder sino también el de la sociedad”. Y prueba de ello, ejemplifica el consultor, son frases como: “Nunca se alcanza la cima”, que exige la mejora continua, o “La persona es decisiva; lo demás es importante”.
Una visión positiva de la Generación Y.
El director de Eurotalent explica que la generación Y “se ve en España con recelos”, una visión muy diferente a la que se tiene en otros países. Cubeiro comenta en este punto las aportaciones de la Argentina afincada en Australia Silvia Damiano, del Blip Group, que presentó en el congreso el corto A través de los ojos de la Generación Y. Cuenta la historia de su hija Merli, fotógrafa, y de sus amigos, profesores, mentores. “Es una generación que piensa en imágenes, que ve oportunidades, que desea triunfar en la vida a través del disfrute y el aprendizaje”, describe el conferenciante español, para el que la Generación Y “tiene una mente muy positiva para educar a sus padres y abuelos”. “A veces tienes que ir un poco más lejos para observar la belleza”. Analfabetismo emocional.
“Las emociones son un lenguaje y hay que saber escribirlo y leerlo”, afirma Cubeiro. A este respecto, los ponentes de este congreso de inteligencia emocional insisten en “fitness emocional”, es decir, “una vez que se conocen las emociones hay que ejercitarlas”. Además, es necesaria la “alquimia emocional”, que busca “combinar la paz con el disfrute a través de la belleza”. De hecho, “Masushita hablaba de la empresa como una obra de arte”.
Economía emocional.
Como una nueva forma de atención al cliente. De hecho, Cubeiro destaca el estudio de uno de los ponentes en el congreso, Ben Palmer, cuyo modelo de los siete pasos (autoconciencia emocional, expresión emocional, consciencia de las emociones de otros, razonamiento, autogestión emocional, gestión de las emociones de los demás y autocontrol emocional) mejora el liderazgo un 36% y las ventas, un 23%.
Comunidad, no individuo. Que implica la expresión definitiva de la inteligencia social. “Más que la parte científica importa la parte espiritual y de los valores”, concluye Cubeiro.
“La formación no cambia a la persona”
Cubeiro confiesa que el reciente congreso sobre inteligencia emocional, ha desmitificado el valor real de la formación en la empresa, puesto que “ésta suministra nuevos conocimientos, pero uno no cambia por la formación. Pensar que por ir a un curso vas a ser mejor líder, no tiene sentido”. A este respecto, durante el evento, el estadounidense Brent Darnell, el mayor experto mundial en
coaching para el sector de la construcción, comentó que en su país se destinan unos 109.000 millones de dólares a formación, que puede valer para aprender técnica, pero no desarrollo personal y profesional, servicio al cliente, trabajo en equipo, liderazgo, etc. El ponente citó a Dale Carnegie (1936): “incluso en lo técnico, como la ingeniería, sólo el 15% del éxito financiero depende del conocimiento técnico y alrededor del 85% de las habilidades humanas y de la capacidad de liderar personas”. Como reflexión al experto, no es cuestión de información ni de formación, sino de cambiar de comportamientos (como aprender música o un idioma), lo que sólo es posible a través del
coaching, coincidieron los conferenciantes.
Deborah Monroe de EQ Essentials (EEUU), proclamó que, en el fondo, todas las personas son
coaches en potencia cuando escuchan con atención, formulan preguntas profundas y saben leer entre líneas para provocar cambios en los demás. Las conclusiones del congreso sobre talento contradicen, por tanto, la política de muchas empresas, que suman más y más horas en formación, aunque sin ningún objetivo estratégico específico de cara al futuro.


Juanma Roca, periodista Publicado en La Gaceta de los Negocios, el 21 de septiembre de 2007

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