lunes, 1 de marzo de 2010

DOCE MÁS UNO

Concluye la primera parte de la final y los jugadores abandonan rápidamente la cancha rumbo al vestuario. Todos menos uno que no puede correr, su lesión se lo impide. Aferrado a una muleta, un chicarrón de siete pies llamado Pau, esperanzado con el marcador pero precavido ante la previsible reacción de los griegos en la segunda parte, escucha las preguntas del comentarista deportivo y responde: “lo estamos haciendo bien pero lo importante es querer hacerlo mejor minuto a minuto”.
No trabajan en la misma empresa aunque sí en el mismo sector. No viven en el mismo país y, por ello, no se enfrentan entre ellos con la frecuencia que solían. Fueron designados por la correspondiente institución gremial española para representar al Estado en un proyecto de corta duración (20 de junio a 3 de septiembre), alta intensidad y gloria deportiva ensalzadora de los correspondientes valores colectivos: el Mundial de Baloncesto 2006. La historia del proyecto comenzó el 26 de junio disputando el primer partido de preparación contra China y el 19 de agosto iniciaron el Mundial contra Nueva Zelanda en Hiroshima. Desde entonces hasta la final ganaron a todo el que les tocó enfrente tanto en la preparación como a nueve selecciones durante el Mundial (N. Zelanda, Panamá, Alemania, Angola, Japón, Serbia, Lituania, Argentina y Grecia). Sufrieron percances (cuello de Felipe Reyes, esguince de Navarro, pie de Pau, fallecimiento del padre de Pepu) pero los afectados supieron cargar con ello y los compañeros suplirlos. Consiguieron el campeonato del mundo por primera vez para España. Pudimos deleitarnos con un equipo de proyecto que acreditó el más alto rendimiento y compuesto además por profesionales españoles, ¿qué enseñanzas empresariales podemos sacar? Veámoslas reunidas en tres grandes apartados:
Estrategia.
• Enfocada a las personas. Sin más herramientas que un balón está claro donde hay que apuntar: a los doce protagonistas. Responsable: Pepu con las ayudas de Creus y Vecina; colaboradores necesarios: Federación, familiares, amigos, viejas glorias, comentaristas; estímulo adicional para Pau: la elección de su joven hermano Marc descartando a Hernández Sonseca –plus olvidado por su gran acierto-; representantes institucionales integrados en la gran familia, con Lissavetzky a la cabeza –en la TV se vio como besaba a Pau cuando éste bajó de recoger los trofeos-.
• Pasión por el baloncesto. Esta es la idea fuerza que irradia energía al equipo y al proyecto ¡I love this game!
• Clara, retadora y duradera. El plan de los jugadores abarca bastante más que ganar el Mundial. Han subjetivado el objetivo y así cuando se refieren a él hablan de ellos “ya no somos unos niños y esta es nuestra oportunidad única de lograr el Mundial en 2006, el Europeo 2007 de Madrid y los Juegos Olímpicos de China en 2008”.
• De líderes. Recuerdan por su profesionalidad y compenetración al equipo de Oceans Twelve. Pepu Soderbergh director; Pau Cluny es líder protagonista como Calderón Pitt;, Andy Garbajosa o Matt Calderón; pero Berni Reiner, Elliot Jiménez, Sergio Damon, Reyes Zeta Jones, Cabezas Roberts, Marc Cluny, Don Mumbrú; Jeroen Jiménez y Rudy Qin –el ágil chinito- son especialistas imprescindibles para conquistar las tres cumbres propuestas. Cualquiera puede decidir un partido y los demás lo saben (“Sergio nos mató” –dijo el entrenador argentino, por ejemplo).
• De diversidad. Uno a uno atesoran competencias diversas que resultan imprescindibles para este equipo de excelente rendimiento. Paradójicamente este peso individual los diluye en una solución de tal vitola que resulta costoso pensar en el equipo de procedencia de cada uno, equipo en el que, por cierto, ninguno de ellos está considerado el mejor.
Organización.
• Nuevo staff técnico, nuevo estilo. A los Ferrandiz, Díaz Miguel, Sáinz, Imbroda, Moncho y Pesquera viene a suceder en 2006, Pepu Hernández. Pepu carece de la pátina mítica que identificaba a muchos de sus predecesores pero este “defecto” se torna en su mejor aliado para definir su rol en este equipo de estrellas: él enseña el guión y diseña las escenas; los jugadores protagonizan el partido. Pepu define un plan “ganar los tres grandes eventos deportivos que se van a desarrollar de 2006 a 2008” y convence a cada jugador de que lograr ese plan es lo mejor que le puede suceder. Ya no es el sueño de Pepu, es el sueño de ellos.
• Una forma única y clara de trabajar. Exige puntualidad, constancia, entrega, cabeza (tenéis que leer el partido “En España de diez cabezas nueve embisten y una piensa”, decía Machado), apoyo mutuo –rotaciones de descanso y ayudas en defensa-, responsabilidad (el final de los partidos ajustados lo juega el quinteto titular).
• Gran generador de clima. Pepu sabe que un torneo fuera de su país durante largo tiempo resta gran cantidad de energía a sus jugadores. Los días tienen más horas que las que se dedican a jugar los partidos o a practicar los entrenamientos. Pepu es ante todo profesor, comenzó en 1974 en el Ramiro de Maeztu cuando dejó de ser jugador en juveniles y desde entonces se dedicó a los canteranos. Pepu habla con los jugadores en cuanto acaban los entrenamientos como uno más, escucha lo que le cuentan y les facilita un entorno adecuado:
- apoya el viaje y la compañía de familiares en Japón;
- de viejas glorias del baloncesto que sienten su pasión como sus dos ayudantes: Creus y Vecina, como Iturriaga o De la Cruz (Rudy declaró que la camiseta de la final se la guardaba a su amigo De la Cruz);
- del feliz Presidente de la Federación o de representantes institucionales tan creíbles o apasionados como Lissavetzky –este sí que es un talismán;
- de comentaristas como Andrés Monte, molesto para algunos, pero emocionante y fresco para la gran mayoría –escuela Ramón Trecet, no te olvidamos- con su ra, ta, ta, ta, ta, ta ¡Triiiiiiiple! y sus motes “el cartero” , “el camarero” etc. En fin, Pepu maestro, licenciado en Ciencias de la Información, sabe motivar, como sabía hacerlo James Naismith, que ¿quién es este tío? Pues otro profesor en la YMCA Training School de Springfield, Massachusetts, USA, que inventó el baloncesto en 1891 para que los alumnos pudieran practicar un deporte bajo techo en invierno, poniendo unas cestas de melocotones más abiertas por arriba que por abajo a 3,05 metros del suelo –la misma que en la actualidad-.
Talento.
• Mezcla de carácter y oficio. En conocimientos ya debían andar sembrados en 1999 cuando se coronaron campeones en el Mundial Junior de Lisboa. Habilidades las han ido adquiriendo en un constante trasiego por equipos y países diversos. Pero los campeones irradian sobre todo carácter, esa actitud exigente y confiada que les hizo jugar los últimos dieciocho segundos de posesión contra Argentina, defendiendo y sin hacer falta. Ese rebote a tres segundos del final con ocho brazos españoles aupándose a por una pelota cuando los argentinos les habían amargado todo el partido con su rebote ofensivo: la cogió Rudy pero pudo ser otro, siempre español. O esa defensa inolvidable contra Grecia que les dejó en 47 puntos frente a los 70 del combinado español. “Talento sí, pero necesito personalidades”, Pepu dixit.
• Liderazgo compartido (equipo). Doce jugadores pero sólo cinco en la cancha. Doce egos pugnando por jugar y sólo caben cinco. Uno de ellos marca la diferencia ¿cómo lo ven los otros compañeros NBA? Hay un quinteto titular ¿cómo lo llevan los otros siete? Pues lo ven y lo llevan perfectamente. El reto es tan grande que da para todos; los de enfrente son tan buenos que cada jugador ve en sus compañeros un refugio. Todos caben porque además son especialistas diversos. Todos son líderes y confían en que cualquiera puede decidir un partido si él no está acertado.
• Gestión, constancia y liderazgo tranquilo. Pepu es más uno. Corbalán, en una aparición televisiva, reflejó varias características negativas de los antiguos entrenadores: autocomplacencia, desprecio por el rival, por los recién llegados (“Pepu acaba de llegar. Ha empezado bien pero ya veremos” . “Nunca entendí que un entrenador me tuviera que decir que fuera responsable, si yo lo era más que ellos” –sic-), apropiación del triunfo… Pepu es todo lo contrario “Jugamos una final pero nos preocupa Pau…”. Es un perfecto líder de proyecto:
- primero lo inventa, luego escoge el equipo idóneo para llevarlo a efecto entre lo que tiene, después los convence uno a uno de que hagan suyo el proyecto inventado. No los afilia a su proyecto, les da a entender que él ha comprendido cual es el proyecto que a ellos más les conviene y se presta para ayudarles a conseguirlo. Ellos son los protagonistas.
- Los entrenamientos son otra muestra de respeto: no trata de enseñarles baloncesto (sabe que ellos son mejores que él) sólo tácticas (el mejor ataque comienza con el robo de balón en defensa), jugadas y sobre todo a definir entre todos los valores de esa selección:
método: equipo base y especialistas; humanismo: lo más importante para el equipo sois vosotros; responsabilidad: cada uno tiene, conoce y asume su responsabilidad, los demás le ayudamos a gestionarla; orgullo de pertenencia: cada uno considera a cualquiera de los otros el mejor y por eso confía por completo en él y se siente orgulloso de él;
contribución: la defensa no depende sólo del marcador, los compañeros taponan las posibles salidas del atacante; constancia y concentración: los doce jugamos todo el partido con la cabeza, lo leemos, estemos en la cancha o en el banquillo. Y jugamos a tope sin dosificar fuerzas porque cuando nos cansamos o no acertamos Pepu nos releva un rato…)
- Y todo lo envuelve en un entorno de confianza y pasión por el baloncesto que generan el clima ya descrito.
• Grandes profesionales de trayectoria dilatada. La columna vertebral de la selección se ha mestizado con otras culturas en múltiples fichajes por diversos países. Este mestizaje les ha llevado a rivalizar y a aprender dentro y fuera de sus equipos con jugadores mejores que cada uno de ellos. Por otro lado, han presenciado el declive de la afición en España y son conscientes que con el triunfo obtenido y con los otros dos que se proponen pueden invertir esta tendencia y multiplicar su propia relevancia. En fin, que Madrid los recibió en olor de multitud, como lo hubieran hecho en cualquier otra ciudad de España. Y es que nuestro apreciado baloncesto que en inglés pudo llamarse "Naismith- ball", si el estimado profesor que lo inventó no se hubiera negado en redondo, y como no podía ser de otro modo se acabó denominando: basketball, el Pallacanestro italiano, el Kosarkaski serbocroata, el Basquetebol portugués o brasileño, el Basquetball francés, el basketboll sueco, el basketbal holandés, el pahiketepaoro maorí, el baskitbol kurdo… nos devolvió la sonrisa en la rentrée veraniega. Luego vino el reconocimiento oficial con la concesión a la selección del premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2006, la operación y convalecencia de Pau, el incesante interrogatorio a Don José Vicente Hernández Fernández –Pepu- para descubrir su bálsamo de Fierabrás, el regreso de los jugadores a sus respectivos equipos funcionales. Próximo proyecto: Europeo Madrid 2007 ¿revalidarán? I love this game! ¡Triiiiiiiiiiiiiiiiiiiple!
José Antonio Sainz, director de Eurotalent

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