martes, 2 de marzo de 2010

LIDERAZGO EN LA PEQUEÑA PANTALLA

Las estrategias de los ‘jefes’ más conocidos de la televisión
“Tengan cuidado ahí fuera...”. Pocos han olvidado aquella mítica frase con la que el capitán Furillo comenzaba cada capítulo de Canción triste de Hill Street. Desde entonces y hasta ahora muchos han sido los jefes catódicos que han marcado generaciones de empleados y directivos. Varias décadas después de Lou Grant, la figura del líder se ha vuelto más compleja y no importa si ejerce como médico, policía o periodista—, el “jefe televisivo” es hoy todo un icono popular que no se escapa al análisis sociológico. Quizá el doctor House sea uno de los más claros ejemplos del personaje que marca tendencia. Lejos de la tópica imagen del jefe, su carácter indisciplinado, incluso su falta de respeto por sus compañeros, ha hecho que muchos expertos se planteen hasta qué punto el éxito puede paliar un comportamiento políticamente incorrecto u ofensivo dentro de una empresa. En su estela encontramos a Jack Bauer —el agente especial que está más veces fuera que dentro de la ley en 24— o, acercándonos algo más a la producción nacional, el doctor Vilches de la serie Hospital Central.
Llega el perfil múltiple No importa el contexto, el liderazgo es cada vez más protagonista en televisión, como podemos observar en la serie Perdidos, donde dos personajes, a cual más diferente, pujan por el control de un variado grupo de personas que tras un accidente aéreo luchan por la supervivencia en una isla que les es hostil. Enfrentamientos y comparaciones de los que también tenemos claros ejemplos en los spin off [serie emparentada con otra por temática o personajes] de CSI Las Vegas —CSI Miami o CSI Nueva York—, y donde su productor, Jerry Bruckheimer, ha sido capaz de perfilar tres tipos de líder dentro del mismo contexto: la investigación forense. En la original, Gill Grissom es un jefe pausado, mientras que en la primera, su protagonista, Horatio Cane, prefiere la acción y, en la segunda, el teniente Taylor opta por permanecer en un segundo plano. Realidad o ficción, los jefes y sus equipos están de moda, un fenómeno al que no puede permanecer ajeno el directivo.

TRES ESTILOS DIFERENTES DE DIRIGIR

Laura de Cubas, periodista Publicado en Infoempleo, el 29 de abril de 2007
Los líderes, en la empresa o en la televisión, se pueden dividir en tres categorías:

Son políticamente incorrectos y no atienden a la autoridad pero se han convertido en un referente para los nuevos modelos de estrategia empresarial.
Líderes emprendedores: Son aquellos que anteponen los resultados a conseguir la armonía entre los miembros del equipo. El doctor Gregory House es, en este sentido, un caso paradigmático. Extraordinariamente inteligente, dirige a su equipo de manera despiadada aunque su forma de resolver los casos le hace ser admirado por sus colaboradores. Le falta tacto, reconocimiento, incluso respeto hacia sus colegas. Emocionalmente, House es torpe como jefe. Una variante de este modelo podría ser el Señor Burns de Los Simpson, despiadado, totalmente falto de ética. Va a lo suyo aunque el mundo se caiga a pedazos. Le pierde la avaricia y la mentira. En esta categoría también podemos incluir a Rodolfo Vilches de Hospital Central. Malhumorado, un tanto mandón y con escaso buen corazón. En definitiva, el líder emprendedor sabe mandar (dar instrucciones) y gestionar lo que hay que hacer, pero le falta humanidad con el resto del equipo y una visión estratégica respecto al futuro. Por ello el límite de muchos emprendedores puros es el propio tamaño del equipo. Saben montar un negocio, pero no hacerlo crecer a partir de un límite de personas.
Líderes colegas: Son primus interpares. Por su profesión, les toca hacerse cargo del equipo, pero no asumen su papel de liderazgo. Un ejemplo de ello es Paco Miranda, el policía de Los hombres de Paco. Es una persona emotiva, muy cercana, que sabe cohesionar al equipo, que le hace participar de las decisiones, incluso le debaten muchas de ellas. Sus hombres le tienen enorme lealtad y se sienten muy satisfechos de formar parte del equipo —hay buen rollito—. Similar a esta estrategia podría ser, si nos remontamos a otros tiempos, la de Lou Grant, el viejo periodista a cargo de un periódico. Dada su experiencia, se preocupa por su gente y por que su trabajo merezca la pena. Ante situaciones difíciles, siempre apoya a los suyos. Este modelo se basa en aglutinar al equipo y pedirle aportación. Genera motivación en los colaboradores pero si abusan del colegueo no pueden mantener cierta distancia y perspectiva. Son malos tomando y comunicando decisiones impopulares y les cuesta negarse a hacer lo que se les pide.
Líderes visionarios: Planifican el futuro, establecen una visión y orientan a los miembros del equipo en la línea deseada. Como ejemplo, Gill Grissom de CSI Las Vegas. Para resolver un caso aparentemente imposible de averiguar, tiene las ideas muy claras y consigue que sus colaboradores, a los que refuerza constantemente, sean meticulosos cada uno en su campo. Bajar a la arena o dedicarse a lo cotidiano, incluso rutinario, sin embargo, no es su fuerte.
Juan Carlos Cubeiro, director de Eurotalent Publicado en Infoempleo, el 29 de abril de 2007

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