lunes, 1 de marzo de 2010

CINE DE GESTIÓN

Nuevas formas de relación
Tras el éxito de No sois vos, soy yo, llega a nuestras pantallas una nueva película argentina, Señora Beba, ópera prima de Jorge Gaggero. Galardonada en el Festival de Sundance 2005 con el
Premio Especial del Jurado, esta película debería servir, en opinión de su director y guionista, “para afrontar las inquietudes y sentimientos que despierta la crisis que asola su país y preguntarse en
qué medida un desmoronamiento tan significativo puede suscitar un cambio o una liberación en la manera en la que se relacionan las personas”.
Beba (59 años) fue una dama de clase acomodada, propietaria de una firma de cosméticos. Separada, con una hija en España, se siente sola. La crisis económica sólo le ha dejado unos pendientes de oro y su mucama (sirvienta), Dora, que llegó a los 17 años de la provincia del
Chaco para trabajar “cama adentro” en casa de la señora Beba. Desde entonces han pasado 30 años de convivencia. Beba le debe a Dora 6 meses de salario, ¿qué relaciones de servidumbre pueden establecerse en ese caso? La película es un duelo interpretativo entre Norma Aleandro, la
gran dama del cine argentino (mejor actriz en Cannes y en San Sebastián), y Norma Argentina, empleada doméstica durante dos décadas, elegida en el casting entre mil candidatas. La experiencia de la Aleandro frente a la frescura y naturalidad de la Argentina.



El nuevo contrato psicológico aporta empleabilidad a los profesionales, y requiere de ellos compromiso, servicio, innovación.
Tanto la señora Beba como Dora intentan salir adelante por su cuenta, pero la fórmula no
funciona. Sin embargo, han de reconvertir una relación jerárquica, de dominio-sumisión, en otra más avanzada, de interdependencia. El respeto, la dignidad y el afecto que han mantenido durante tantos años lo hace posible.
En otros términos, el desarrollo tecnológico, la globalización y la desregulación están provocando que en las empresas la jerarquía tradicional esté abocada a su fin. El viejo contrato laboral
entregaba un empleo estable a cambio de obediencia; era una fórmula de vasallaje. El nuevo contrato psicológico aporta empleabilidad a los profesionales, y requiere de ellos compromiso, servicio, innovación. El viejo contrato estaba activado por el miedo, por las amenazas. El actual
funciona en base a la confianza, a la credibilidad por ambas partes. Como en el caso de Beba con Dora, jefe y colaborador han de romper el círculo vicioso, desaprender y comportarse según reglas diferentes.
En la práctica, se trata de pasar del jefe de “ordeno y mando”, que se comunica con sus “subordinados” a través de instrucciones, al líder versátil, que conecta intelectual, emocional,
política y espiritualmente con los miembros de su equipo a través de un amplio abanico de comportamientos, desde la orientación (una visión de futuro a compartir) al desarrollo, pasando por el propio ejemplo, la cohesión, la participación o la ejecución precisa. Es la transformación que advertimos en la “Señora Beba” respecto a su criada Dora. Al principio de la cinta, Beba paga con ella su frustración a través de gritos, de órdenes tajantes. A medida que más la necesita, que percibe en ella cariño y atención, la imposición se torna en mayor aprecio, en una relación
mucho más generosa y exquisita.
Señora Beba nos ofrece, a través del choque entre dos culturas, entre dos mujeres que se obstinan en sus prejuicios de clase, una sabia lección sobre cómo están cambiando las relaciones en la
empresa.
Juan Carlos Cubeiro, director de eurotalent

Chismorreos y reputación

A good woman (una mujer buena) es una comedia romántica basada en la obra teatral de Oscar Wilde El abanico de lady Windermere. Estrenada en Londres en 1892, Wilde la subtituló “Obra sobre una buena mujer”. No es la primera ocasión en la que el cine se interesa por uno de
los mejores textos del dando por excelencia de la literatura británica: Ernst Lubitsch filmó una película muda en 1925 y Otto Preminger dirigió El abanico en 1949.
La versión de Mike Barker se traslada a la Riviera italiana de los años 30. El matrimonio formado por
Robert Windermere (Mark Umbers) y su mujer Meg (Scarlett Johansson) ha de hacer frente a los rumores que circulan sobre la Sra. Erlynne (Helen Hunt), una mujer madura de dudoso pasado a
quien se relaciona con Robert. Por otro lado, Meg parece haber interesado a Lord Darlington (Stephen Campbell Moore), un conocido playboy. En tal contexto, Lord Augusto (Tom Wilkinson), un hombre honesto y experimentado, desea casarse con la Sra. Erlynne. Esta película supone la
vuelta a la pantallas después de tres años de Helen Hunt (Mejor imposible), y un nuevo paso en la meteórica carrera de Scarlett Johansson.
Oscar Wilde trató en su día un tema que hoy es de máximo interés: la Reputación. En la sociedad
del conocimiento, la reputación de las compañías y de las personas es uno de sus principales activos (y atractivos). Las empresas necesitan de una sólida reputación corporativa para captar
talento, mantener y desarrollar el que poseen. Los individuos han de generar prestigio que eleve su empleabilidad. Rumores como los que aparecen en la película pueden dar al traste con un buen
nombre. Estos últimos años hemos vivido en nuestro país episodios de directores de recursos humanos y directores generales que han llegado a los tribunales para defender el honor que sus anteriores empresas trataban de mancillar. Ocurría en la cínica Inglaterra victoriana como en la
España actual.

Las empresas necesitan de una sólida reputación corporativa para captar talento, mantener y
desarrollar el que poseen.
Hoy se habla de Reputación Corporativa interna como el conjunto de percepciones que tienen
los profesionales de una organización sobre ésta: por tanto, es el resultado del comportamiento desarrollado por la empresa a lo largo del tiempo. En el fondo, recoge el grado de coherencia
entre el proyecto empresarial y la cultura corporativa. Justo Villafañe, catedrático de la Universidad Complutense y Director del Merco (Monitor Español de Reputación Corporativa)
acaba de publicar en La comunicación empresarial y la gestión de los intangibles en España y Latinoamérica una interesante investigación en un gran banco y una gran constructora que liga la Reputación Interna a variables como la calidad directiva, el ambiente de trabajo o la comunicación.
La película recoge algunas de las más inspiradas frases de Wilde en la obra original. Entre ellas,
estas quince: “si se las echa uno de bueno, el mundo le toma a uno muy en serio, y si se las echa de malo, creen que uno bromea. Tal es la estupefaciente necedad del optimismo”; “hoy día, todo
el mundo parece considerar la vida como una especulación. ¡Pues no es una especulación! Es un sacramento. Su ideal es el amor. Su purificación, el sacrificio”; “Es absurdo dividir a las personas en buenas y malas. La gente se divide en agradable y desagradable, simplemente. Yo siempre me
pongo del lado de la agradable”; “la vida es una cosa demasiado importante para hablar de ella en serio”; “al fin y al cabo, no hay nada como la Naturaleza”; “mi experiencia es que a medida que la gente se hace lo suficientemente mayor como para conocer algo más, de hecho no
conocen nada de nada”; “A mí me interesa muchísimo su carrera política. Estoy segura de que ha de llegar a donde se proponga. Piensa como un conservador y habla como un radical, cosa tan importante hoy en día. Además, ¡habla tan bien!” “Cuando los hombre dejan de decir cosas
agradables, dejan también de pensarlas.” “¡Cómo estropea el matrimonio a un hombre! Es tan perjudicial como el fumar, y mucho más costoso.” “En este mundo no hay más que dos tragedias: una, no conseguir lo que se desea; otra, conseguirlo. La segunda es la peor de las dos.” “¿Qué es
un cínico? Un hombre que conoce el precio de todo y el valor de nada. Y un sentimental es un hombre que atribuye a todas las cosas un valor absurdo y no conoce el precio fijo de ninguna.” “La experiencia es una cuestión de intuición de la vida (...) Experiencia llama todo el mundo a sus
errores.” “Todos tenemos nuestro ideal en la vida. Por lo menos, todos deberíamos tenerlo.” “El mundo es el mismo para todos, y el bien y el mal, el pecado y la inocencia, se pasean por él
cogidos de la mano. Cerrar los ojos a esa mitad de la vida, con la esperanza de poder vivir en sosiego, es como si nos cegásemos voluntariamente, a fin de caminar sin miedo por un terreno lleno de precipicios.” “Hay demasiadas nieblas en Londres y demasiada gente seria. No sé si serán
las nieblas lo que produce la gente seria, o la gente seria lo que produce la gente seria. Pero el caso es que ambas me atacan los nervios.” Exquisitas reflexiones sobre la vida para iniciar el verano.

Juan Carlos Cubeiro, director de eurotalent
Publicado en Expansión y Empleo el 23 de agosto de 2005

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