lunes, 1 de marzo de 2010

10 HITOS “IN” DE EJECUTIVOS DE MODA

No hay duda. Las costumbres cambian y se adaptan. La evolución no se detiene, y antes o después todos terminan integrándose. Pero en el proceso de cambio constante siempre hay pioneros, personas que impulsan el cambio y otras personas que simplemente muestran que están en el cambio porque participan de su moda más avanzada. El mundo de los negocios no es una excepción y la realidad de la calle nos demuestra que existen muchos ejecutivos que realmente son motores del cambio y otros simplemente tratan de demostrar que están a la moda. A estos últimos es fácil reconocerlos, tienen un decálogo de comportamientos que gestionan fácilmente. Este decálogo lo podemos concretar de la siguiente manera:
Primero : Presumir de que invierten en I+D+i el 3.5% de su presupuesto. De todos es sabido que la media nacional 2005 de inversión en Investigación y Desarrollo es de 1,06%(Dato de la Fundación Cottec coincidente con la del Ministerio de Industria). A pesar de los esfuerzos por acercarnos a la media europea y a la recomendación de la Unión Europea para el 2010, que es del 3%, estamos muy, muy lejos. I+D es todavía una asignatura pendiente en la conciencia empresarial de nuestro país.
Segundo : Leer, citar y hacer ostentación de Richard Florida. Al menos han tenido alguno de sus libros en las manos y saben que los tres atributos que hoy priman en el ejercicio del liderazgo están formando el triángulo de las 3 t de la clase creativa: tecnología, talento y tolerancia. Tecnología significa moverse hábilmente en el mundo de la creatividad y la técnica de un futuro, ya hecho presente. Talento es tanto como captar e identificar lo que mueve y provoca el compromiso de las personas. Tolerancia es aceptar la pluralidad tanto en el pensamiento como en la acción. Pero del dicho al hecho hay un gran espacio.
Tercero : Dar una lección magistral en una reunión social sobre la gestión del talento en su empresa. Si captar el talento es difícil, mucho más difícil es retenerlo y aún más difícil gestionarlo adecuadamente. La empresa necesita el talento para poder sobrevivir en un mundo tan competitivo e incierto. Pero el talento es escaso. Si no podemos o sabemos gestionarlo es seguro que no lo vamos a retener y que nuestra organización caerá en la anemia. Gestionar el talento es ser capaz de comprenderlo, potenciarlo, compensarlo, y rentabilizarlo. Aceptar el talento es un esfuerzo organizativo de generosidad y renuncia. No aceptarlo es un suicidio a corto plazo.
Cuarto : Utilizar las palabras como smart, target, main issues, focus on the delivery, skill o “gloucal” en lugar de expresiones españolas: duro, objetivos concretos, temas principales, en ejecución, competencias, pensar en global y actuar en local. Recordemos ese refrán que identificaba los idiomas: “......, el inglés es el idioma de los negocios, y el español el idioma de la vida.....”. No cabe duda de que cada vez es más frecuente el uso del inglés en las empresas españolas, pero ¿tiene sentido introducir una sola palabra en inglés cuando toda la conversación y el contexto es en español?
Quinto : Conocer el ranking de las empresas preferidas para trabajar, lo que representa aceptar el liderazgo de ciertas organizaciones y asumirlas como paradigma de comportamientos sociales y laborales. A veces, el mero enumerado de estas empresas puede confundirse con la lista de las empresas más importantes o las líderes en sus sectores. Sin embargo son dos listados muy diferentes. Los profesionales eligen empresas favoritas porque piensan que en ellas, además de existir un buen clima de trabajo, pueden encontrar las mejores oportunidades de desarrollo personal y profesional, una carrera en ascenso y la consideración humana por encima de la dura y fría cifra de los objetivos
Sexto : Dar una conferencia el próximo jueves en un foro organizado por el Club Siglo XXI o por APD. Enseguida se acepta el reto de ser protagonista en un foro. Luego hay que hacer el esfuerzo para preparar la ponencia, sorprender con algo original y con sentido. Ser capaz de hablar con claridad y tono adecuado y finalmente llenar el aforo, precisamente en el día en el que se dan otras mil conferencias en la ciudad. Queda claro que aquellos que confían en su capacidad o conocimientos y acuden al compromiso sin haber preparado adecuadamente la intervención haciendo un alarde de improvisación, multirelacionando conceptos, anécdotas y recomendaciones son los que lo hacen peor, y se desprestigian.
Séptimo : Soltar varias veces a lo largo de la conversación frases como: importancia de lo intangible, gestión del conocimiento, competencias versus habilidades o capital intelectual. Lejos de citarlas ligeramente hay que aceptar que todos estos conceptos con importantísimos en si mismos y condicionan las formas de gestionar las empresas. A veces se utilizan sin los conocimientos concretos sobre su significado y cuando se profundiza en ellos, quedan en blanco. Es justo lo contrario a la sensatez, la prudencia, la coherencia o la madurez, cuatro pilares, fundamentales para completar la buena labor del directivo.
Octavo : Hacer alarde de que en su empresa sólo se contratan a jóvenes licenciados menores de 30 años que hayan trabajado ya, que hayan pasado un año fuera de España y que hayan sido capaces de romper sus cadenas socio- personales. Se buscan personas dúctiles al cambio, que acepten la diversidad y que comprendan que otras personas muy distintas en formación, experiencia y responsabilidad son capaces de hacer las cosas bien. (El complejo de Arginys está a la orden del día). Sin embargo la organización sabe muy bien el valor de las personas que llevan años trabajando en la empresa, aunque a veces no sepan recompensarlo.
Noveno : Matricularse para este verano en algún curso de los que duran cuatro semanas en Harvard o Insead. Cursos de prestigio, pero limitados. Cursos carísimos pero de difícil rentabilidad. Engordan los currículums y hacen más importantes a sus protagonistas. La verdad es que tanto el network que originan como (a veces) su originalidad y consistencia pueden hacer adictos a muchos ejecutivos. Toda exageración es inadecuada y saturar los veranos con estos cursos terminará en crisis provocando rechazo y conflicto familiar.
Décimo : Identificarse con algún personaje de El Club del Liderazgo. La última obra de Juan Carlos y José Antonio, que ha publicado Urano en Empresa Activa y en la que relatan diversos estados de liderazgo permitiendo que el lector, en lo más íntimo, se identifique con alguno de ellos. A partir de aquí, podemos descubrir el ejecutivo que va demostrando que está a la última.
Fernando Bayón, director de Eurotalent

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